Entrevista escritor novela de misterio

Entrevista escritor novela de misterio

entrevista escritor novela de misterio

Tilo Candela


Entrevista escritor novela de misterio Los ladrones de dientes, realizada por la periodista de informativos Carlota Muro Ancos en La8 Segovia – Castilla y León Televisión



Entrevista escrita


Realizada por Andrea Carnicero Sacristán

Editora y directora de comunicación en Tregolam

Novelas de misterio e intriga

Hola, Tilo. ¡Es un placer tenerte aquí con nosotros! Estamos deseando conocer más sobre Los ladrones de dientes, tu primera novela de misterio. En esta obra, la psicóloga Marta Velamazán viaja desde Nueva York tras el fallecimiento de su madre adoptiva con el objetivo de conocer más sobre su identidad. Pero al llegar a Madrid, las imágenes de un terrible accidente comenzarán a perseguirla hasta un pequeño pueblo de la España rural. Este lugar, donde vive su madre biológica, parece estar congelado en el tiempo… LEER MÁS


Opiniones de la novela de misterio Los ladrones de dientes

Reseñas literarias

Leer “Los ladrones de dientes” exige al lector el mismo talante del que monta en una montaña rusa. Aceptar sus abruptos vaivenes sabiendo que las sensaciones que te llevarán al límite te procurarán emociones que uno no encuentra por los caminos llanos por los que transita habitualmente. Hay que asumir que todo es posible en sus páginas, donde la creatividad de su autor explota, nos sacude con un humor que nos huele a tragedia y con una tragedia de la que a menudo uno se ríe. La trama no es la convencional, los personajes no son los predecibles, pero esa es precisamente la base del enorme disfrute de su lectura…


Relato de familia

Muestra de uno de los relatos de la novela Los ladrones de dientes

Bellas Zagalas

Excepto para la abuela Avelina, que en ocasiones consideraba a su esposo un retrasado mental, para el resto de los vecinos de Cantoquinto Ciriaco Cillovela era un gran sabio. Un hombre de letras conocedor de los poetas griegos y los filósofos árabes, cuyas agudas observaciones desconcertaban a todos. Tenía una vaca a la que nunca ordeñaba y un huerto pequeño que daba tomates y cebollas en el mes de agosto. Pero su verdadero oficio era el de juez de paz: un trabajo sin remuneración alguna que ejercía con gran devoción en un pequeño despacho del ayuntamiento. Allí pasaba las mañanas sentado en su butaca de cuero. Sostenía sobre la palma de la mano el papel de fumar, agitaba en el aire los dedos de la otra en una ceremonia cuidadosa y, al tiempo que distribuía las hebras de tabaco a lo largo del papelillo, escuchaba con atención los alegatos de sus clientes, tratando de no distraerse con el brillo fugaz de sus dentaduras… LEER MÁS

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Categorizado como LITERATURA