Reseña libro de relatos cortos

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Los ladrones de dientes es un libro que juega continuamente con el lector, en el buen sentido de la frase.

            Ya desde la propia estructura se nos propone un primer desafío: definir si estamos ante un libro de relatos o una novela; y no hay una respuesta clara, porque está escrito desde la más pura libertad creativa. Pero qué más da lo que sea, siempre que la lectura nos atrape. Y lo hace.

            Tilo Candela nos engatusa a través de sus personajes y nos conduce por la inquietante comarca de Cantoquinto, donde habitan los Cillovela, o por un Madrid neurótico por el que Marta Velamazán vaga discutiendo con sus fantasmas. Entramos en los dominios de la paranoia, de lo perverso, de lo grotesco… Los acontecimientos se enredan y giran de tal modo que acabaremos comprendiendo que detrás de las apariencias, detrás de todo lo que nos resultaba ominoso, hay actos cargados de ternura. Ahora resulta que tal vez hayamos sido nosotros, lectores cosmopolitas, los paranoicos, por juzgar de ese modo a unos personajes que viven en un mundo diferente al nuestro. Un mundo rural, arcano, arcaico y milagrosamente auténtico.

            Los ladrones de dientes es un juego que nos pierde a través de senderos inesperados, lejos de los aburridos parámetros de la literatura más predecible. Hay que tener valor para leerlo, porque al final del juego, al final de todo ese viaje misterioso, nos daremos cuenta de que hemos sonreído mucho durante la lectura, igual demasiado, y la mayoría de las veces con ese temblorcillo nervioso que nos provoca lo inquietante. Ahora nuestros dientes bien podrían acabar clavados en una puerta.

Javier Sales Melgarejo

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